Iván Ramiro Córdoba se elevó desde orígenes humildes. Nacido en una familia pobre, creció jugando al fútbol en las calles de Rionegro, Colombia. Después de un par de años con el equipo local de Rionegro, se trasladó al club Atlético Nacional de Medellín. Luego jugó para San Lorenzo, un club basado en Buenos Aires. Su habilidad a desarmar a los ataques de los oponentes más pronto llamó la atención de clubes europeos, y en 1999 fue al Inter de Milán. En una docena de años con el Inter de Milán, Córdoba se ganó una reputación como uno de los mejores defensores del mundo. Él ayudó al club a un par de campeonatos de la liga. Para los colombianos, sin embargo, Córdoba siempre será recordado por un gol que marcó el 29 de julio de 2001. Ese gol dio a Colombia el campeonato de la Copa América.